Una vez más se acerca ese día en el que todo el mundo quisiera tener pareja… o no.
Como muchas de las fiestas que celebramos hoy en día, San Valentín tiene un origen pagano y uno religioso. Su origen pagano remonta a los años anteriores al 496 cuando, el entonces Papa quiso prohibir la celebración llamada Lupercalia que veía a las mujeres ofrecerse a ser golpeadas con látigos por jóvenes desnudos creyendo que el ritual otorgaba fertilidad. En el calendario cristiano se dedicó ese día a San Valentín, pero solo muchos años más tarde ese mismo día empezó a ser considerado como el día de los enamorados.
Hay muchas teorías sobre la fecha y la razón por la cual San Valentín se ha convertido en el protector de los enamorados, pero lo que es cierto es que su origen comercial data a mediados del siglo XIX cuando, en EE.UU., empezó la producción en escala industrial de tarjetas específicas para este día. Así fue como esta fiesta se convirtió en recurrencia popular.
Desafortunadamente San Valentín se ha convertido, hoy en día, en una fiesta demasiado comercial y consumista en la que parece obligatorio tener que gastar dinero en algo. Al haberme vuelto bastante anti-consumista, estoy siempre más decepcionada al ver la frenesía que se produce en este día.
Pero la verdad es que soy fan del día de los enamorados, no porque haga falta un día para celebrarlo, sino porque sí es importante recordarnos de lo bello que es el amor.
La mayoría de los días de San Valentín que han pasado por mi vida han sido sin pareja y tal vez sería espontáneo preguntarse: “¿Entonces, por qué te gusta este día?” Es simple, porque considero que aunque no se tenga pareja es fundamental celebrar el amor. Y porque el amor no es solo el que se recibe de otros, sino el que uno se da a uno mismo.
Dicho esto, ¿Qué San Valentín sería sin corazones? El año pasado escribí un post bastante kitsch con 10 recetas de brunch para San Valentín y 4 ideas de decoración DIY. En la lista de recetas incluí una que me inspiró a preparar estas brochetas de frutas.
Yo celebraré mi San Valentín preparándome un brunch saludable con mucho corazones incluyendo estas brochetas de frutas, porque como dice una famosa publicidad en España “¡Porque yo lo valgo!”.
¿Y tú, qué planes tienes para el día de San Valentín?
Cantidad 3 brochetas
20 minTiempo de preparación
20 minTiempo total
Ingredientes:
Preparación:
- Prepara un panqueque grande de ½ cm de grosor siguiendo esta receta esta receta de panqueques pero usando las cantidades de ingredientes indicados aquí.
- Déjalo enfriar.
- Prepara el quark mezclándolo con el extracto de vainilla. Sírvete de la ayuda de un tenedor para removerlo hasta que se quede como una crema.
- Corta el kiwi y las fresas en horizontal en 3 partes.
- Una vez que el pancake esté frío sírvete de un cortador en forma de corazón para cortar 12 mini pancakes en forma de corazón.
- Corta la fruta con el mismo cortador. Necesitarás un total de 3 corazones de kiwi y 6 de fresa.
- Haz una torre con dos pancakes en la base para que sean más estables.
- Añade un poco de quark (no mucho), pon la fresa cortada plana, un pancake, el kiwi, otro pancake y quark.
- Pincha la fresa más bonita y llévala hacia arriba. Usa el mismo pincho para pinchar toda la torre teniendo cuidado a no aplastarla mucho porque si no saldrá el quark.
Notas
No tires los recortes de la fruta, úsalos para hacer una ensalada de fruta.