Un brunch con productos de proximidad y de temporada, en un local con mucha luz y donde “los materiales conservan su nobleza y sus muros enseñan la historia del edificio”

La palabra Oma significa abuela en alemán y, como explican los creadores de este maravilloso lugar, ha sido la elegida porque “recuerda a comida casera, a esas meriendas que te hacían de pequeño y que sigues recordando aun de adulto”. Este concepto, en cierto sentido, se refleja también en su local, “hemos querido hacer un local acogedor y sencillo, en el que se pudiese ver como trabajamos, por eso no hay barra, el espacio es diáfano y la cocina se puede ver desde la sala”.   De martes a viernes el OMA bistró ofrece varias fórmulas de desayuno, mientras que los sábado y domingos, el brunch es el protagonista de 10h a 16h. Aquí la “comida es sencilla, sin pretensiones, se respeta profundamente a la materia prima y se trabaja con productos de temporada y de proximidad”. En su carta de brunch encontrarás: huevos cremosos revueltos con queso emmental o huevos fritos con bacon, los dos acompañados por pan tostado. Huevos benedict con salmón gravlax (salmón curado en sal, azúcar y eneldo). Yogur con müsli y fruta, y pancakes con sirope y fruta. Los huevos usados son de granja.

En este brunch probamos los bagels y los pancakes, acompañados por dos super smoothies, uno de frambuesa y el otro de caramel. No, ese día la dieta quedó atrás, pero mereció la pena! Si estás en “modo saludable”, aconsejo uno de los zumos de la carta. El día de mi visita desafortunadamente no pude comer nada más, pero las deliciosas tartas expuestas seguían llamándome por mi nombre… La “pastelería es casera, tradicional y sabrosa, con los mejores ingredientes y preparada diariamente”

Sin dudas alguna volveré pronto para una merienda con una de esas deliciosas tartas y disfrutarla sentada en esos sofás tan cómodos!