Un brunch con mucha cantidad pero escasa calidad. La ciudad de Montpellier es, sin dudas, una pequeña joya, pero no he acertado en la elección del brunch…
Montpellier es una ciudad del sur de Francia en continuo crecimiento desde hace unos cincuentas años y al visitarla es muy fácil ver y conocer las zonas de nueva construcción, aunque, por supuesto tienen mucho menos atractivo del casco antiguo, bastante pequeño pero muy bonito y bien cuidado.
El brunch aquí no es un concepto muy arraigado, pero sí se encuentran algunos sitios que lo ofrecen. Aprovechando la voluntad de descubrir otra zona de la ciudad, llegamos a brunchear al Patacrêpe, ubicado cerca del rio y de un estanque. Una vez llegada al lugar, descubrí que, desafortunadamente, el Patacrêpe es una franquicia presente también en otras ciudades francesas.
En este brunch en Montpellier no hay elección de platos, solo hay un menú que consiste en un plato salado y uno dulce. El plato salado se compone de: butifarra de Toulouse (muy rica), huevos fritos, beicon, salmón, ensalada de repollo, patatas y, por supuesto, queso! El plato dulce trae dos pancakes y pan tostado a comer con mermelada, mantequilla salada, caramelo de mantequilla salada, sirope de arce y nutella. El plato incluye también una macedonia de fruta y yogur. Las bebidas que acompañan el brunch, incluidas en el precio de 18,50€ son: dos bebidas calientes, zumo de naranja y una taza de cidra.
En Francia, en general, el precio de las comidas es mucho más alto que en España y en Montpellier también cambia entre el casco antiguo y la zona fuera de las antiguas murallas.
Alcanzable en poco más de 3 horas en tren desde Barcelona, merece mucho la pena visitar esta pequeña joya durante unos 3 días, pero para el brunch os aconsejo quedaros por el casco antiguo, sinceramente no mereció mucho la pena todo el paseo para este lugar no muy especial, a menos que, por supuesto, no te apetezca comer mucha cantidad a un precio moderado.
Horario apertura:
Lun – Dom: 11h – 23h