Abierto solo desde hace tres meses, este restaurante está ubicado en una zona favorable del Raval. Aquí puedes disfrutar de una comida excelente preparada por un cocinero australiano ya conocido en Barcelona.

El cocinero/dueño del Caravelle ya tiene ganada una buena reputación aquí en Barcelona, gracias a su primer restaurante que fue el Federal Café. Ahora en el barrio del Raval ha abierto un bar/restaurante, donde el fin de semana se puede disfrutar de un brunch muy original. El local tiene un tamaño mediano, lo que ayuda para que el ruido se mantenga a niveles bajos. A un lado, a lo largo de despejadas paredes blancas se encuentran bancos de madera hechos a medida, mientras que al otro lado está la barra con taburetes, donde sobresalen los colores de las cajitas de tés biológicos. Como el color del logo, una “C” roja, el café se sirve en tazas rojas, mismo color de los platitos. Cuando llegamos al Caravelle, un domingo a las 12:30h, tuvimos la suerte de encontrar una mesa libre para cuatro personas y durante el rato que pasamos allí pudimos ver mucha gente yendo y viniendo. La edad media de los clientes, diría que era alrededor de los 35 años y gracias a las capacidades de los camareros, se podía escuchar hablar tanto español como inglés.

Para el brunch la carta ofrece platos dulces y salados. Nosotros pedimos •huevos Marroquís horneados con feta y tostadas, •brioche French toast con ciruelas al horno y mascarpone vainilla, •huevos horneados con crème fraîche, puerros y espinacas y •sándwich de pollo piri piri con col de cilantro. La presentación de los platos es increíble y el sabor aún más. La relación calidad-precio es muy favorable, así como el servicio ofrecido. Definitivamente volveremos al Caravelle para descubrir otros de sus interesantes platos, que van cambiando en su carta.

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